Desde siempre lleva la madera en nuestras vidas. Si echamos la vista atrás y recordamos nuestras vivencias, veremos que en todos los momentos de nuestra vida hemos estado y estamos rodeados de este increíble material.
¿Quién no se ha columpiado en un asiento de madera, sentado en un banco a comer pipas, cocinado con utensilios de madera, guardado sus ropas en un cajón, coleccionado recuerdos en una caja o disfrutado en un museo de todo tipo de arte en madera?
Ya sean objetos funcionales o decorativos, maderas diferentes en formas y tamaños, la madera y la artesanía del carpintero forma parte de nuestros momentos.
Hace pocos años, era un bien tan preciado, que la gente cuando tenía árboles en sus tierras, llamaba al carpintero y les pedía que «con este cerezo me hagas el cuarto de mi hija».
Por ello hay que ser conscientes de su importancia, es un bien que nos da la naturaleza y que hay que mantener y cuidar. Pues, como todo bien, un día puede no estar.